Investing.com - El reciente intento por parte del Banco Central de Turquía de recuperar la confianza de los inversores subiendo los tipos de interés en su país ha caído en saco roto. Los analistas creen que hacen falta muchas más reformas internas en los emergentes para que estos países se recuperen.
En Investing.com hablamos con Daniel Lacalle, Economista Jefe de Tressis, de los retos de los emergentes, y también analizamos cómo puede terminar la incertidumbre en torno al Brexit y la guerra comercial con China, así como las oportunidades en el mercado de divisas.
¿Cree que la crisis turca ha tenido más protagonismo por ser agosto (y el verano en general) meses de menor cotización, o verdaderamente nos enfrentamos a un problema que puede suponer un efecto contagio a otros mercados?
El error es pensar que la crisis turca es una causa, cuando en realidad es un síntoma de un problema global y muy centrado en los mercados emergentes, que es el de todos esos países que durante los años de exceso de optimismo han aumentado sus desequilibrios fiscales y comerciales, así como su masa monetaria, pensando que estábamos viviendo una fiesta. Países que, en vez de aprovechar ese periodo de bajos tipos de interés y alta liquidez para mejorar su posición y fortalecerse, lo que han hecho es debilitarse. Turquía no es una novedad. La lira turca ya venía devaluándose de una forma importante desde 2017, incluso antes. El error también es pensar que Turquía va a generar un contagio. Turquía y Argentina son un síntoma de tantas economías débiles y con grandes retos que, en vez de mejorar sus desequilibrios, los han empeorado. Si nos acordamos, con la crisis griega pasó lo mismo: no era solo Grecia, sino que era un problema a nivel europeo. Ahora pasa lo mismo: no es solo Turquía, sino también Argentina, India, Brasil…
Y en cuanto a Venezuela, ¿qué deriva va a tomar el país, después de la última maniobra de Maduro de devaluar la moneda? ¿Cómo cree que va a terminar esta situación?
La política de Maduro es un despropósito fiscal, monetario e ideológico absoluto. Todos los problemas de Venezuela son causa de su irresponsable política de expropiaciones. La última ocurrencia, esta ridiculez de una nueva devaluación -como si el bolívar no se hubiera devaluado bastante-, genera mucha mayor inflación. La situación va a empeorar. A la irresponsable política monetaria se añade una represión absoluta en todo lo que tenga que ver con la inversión. Es como tener un ser vivo al que le tapas la boca y la nariz, y le das patadas en el estómago.
Mirando a los mercados emergentes en general (hemos visto Turquía, Venezuela o, más recientemente, el caso de Argentina…), ¿cree que estos países deberían implementar nuevas reformas internas más eficientes?
Cuando has generado una desconfianza absoluta en los ciudadanos y en los agentes económicos, con una política monetaria absolutamente irresponsable, lo primero es abandonar la política monetaria que están llevando a cabo y adoptar una moneda seria y fuerte. Ya ocurrió en Ecuador, con el sucre. Por ejemplo, cuando un argentino cobra 1 peso, lo cambia inmediatamente a cualquier otra moneda que no sea la local: sabe que no puede mantener sus ahorros y sus salarios en la moneda local porque el Gobierno va a destruirlo vía inflación, impuestos y devaluación. El error por parte de los emergentes ha sido pensar que el mundo iba a aceptar el constante aumento de la masa monetaria a cambio de nada. Y el error por parte del mercado es que porque un país haya tenido una caída durante seis meses, por ejemplo, ya esté descontado y aquí no pase nada.
En este sentido, ¿recomienda seguir manteniendo en cartera acciones españolas expuestas a emergentes o cree que los inversores deben ser cautos antes de apostar por estos valores?
En general, los valores que están más expuestos a mercados emergentes lo están porque han sido adquiridos a precios bastante exigentes. Esto comprime los múltiplos de las empresas. El inversor tiene que ser cauteloso y esperar a que estas empresas demuestren que sus resultados mejoran, en cuanto a márgenes y beneficios. Si las empresas no han identificado los riesgos, difícilmente el inversor va a identificarlos. Hay que tener los ojos bien abiertos para que los momentos de entrada no nos dejen sin capital para poder comprar o mejorar cuando se produzca el rebote. Hay empresas expuestas a emergentes con activos que tienen los ingresos dolarizados y el efecto moneda no existe, y que están haciéndolo muy bien. Por ejemplo, del Ibex 35 destaco las eléctricas, constructoras, empresas menos cíclicas, más orientadas al mercado doméstico… que han crecido casi a doble dígito.
Mirando a Europa, ¿cómo cree que va a terminar el ‘culebrón Brexit’? ¿Qué impacto puede tener en los mercados europeos?
El Brexit va a ser como las películas en las que parece que todo va a peor durante casi dos horas, y en los últimos cinco minutos se soluciona. El Gobierno británico está dando la sensación de que nada va a salir adelante, pero es una estrategia que se está haciendo de cara a los medios de comunicación. A medida que nos acerquemos a la fecha tope, en 2020, se solucionarán las cosas. El Brexit no va a afectar a la economía europea, la UE no es tan dependiente.
Es una expresión bastante frecuente decir que “cada vez que habla Donald Trump sube el pan”. En el caso de los mercados, cada vez que habla Trump, el dólar sube o baja. ¿Cómo valora usted en estos momentos el mercado de divisas? ¿Qué perspectivas hay a corto plazo con el dólar y cómo puede afectar al resto de monedas?
El otro día, un amigo me decía: ¿Tú para qué quieres trabajar, para una moneda fuerte o para una débil? Y esa es la pregunta que nos debemos hacer todos. Cuando llevamos muchos años de guerra de divisas, en la que todos los países intentaban devaluar su moneda para exportar más, y luego no exportaban más, termina habiendo un movimiento de capitales hacia el activo de menor riesgo, que es el dólar. Donald Trump puede decir lo que quiera sobre el dólar, pero la realidad está demostrando que los ahorradores del mundo prefieren tener dólares antes que su moneda local. Si el resto de monedas sigue aumentando sus desequilibrios monetarios, el flujo siempre va a ir hacia el dólar.
¿Cree posible un acuerdo comercial EE.UU.-China?
Sí, seguro. Con China, con la UE… con todos. Lo que pasa es que tenemos que ser muy cautelosos con los tiempos. Esto es un proceso de negociación entre el mayor cliente (EE.UU.) y sus proveedores. Y el mayor cliente, en vez de poner una sonrisa y decir “Yes, we can”, lo que está diciendo es: “Aquí se va a hacer lo que yo diga”. La diferencia entre uno y otro son exclusivamente las formas, porque las medidas que tomaba la Administración Obama y que está tomando ahora a Administración Trump son las mismas.
Segunda parte de la entrevista a Daniel Lacalle. Puede leer la primera parte aquí.