Una iniciativa global busca que México y otros países reduzcan las brechas en la lactancia materna por los beneficios a la salud que traen a corto y mediano plazo a las mujeres y las niñas y niños. Ciudad de México, 6 de agosto (SinEmbargo).– En México sólo el 33.6 por ciento de los niños y niñas menores de seis meses reciben lactancia materna exclusiva, muy lejos de la meta establecida por la Organización Mundial de la Salud (OMS) de alcanzar el 50 por ciento de prevalencia en el 2025 y el 70 por ciento en 2030. Este panorama alerta a especialistas del mundo, por lo que esperan que el próximo Gobierno federal encabezado por Claudia Sheinbaum muestre voluntad para avanzar en el tema.
“México no tiene un esfuerzo robusto en cuanto a la inversión, protección, promoción y apoyo a la lactancia materna, pero sí ha invertido en algunos aspectos de esta […]. Actualmente no tiene una estrategia nacional, es como tratar de construir un hogar sin que haya los planos de la casa para construirlo”, expuso el doctor Rafael Pérez Escamilla, director mundial de la iniciativa País Amigo de la Lactancia Materna, en entrevista para el programa “En Defensa del Consumidor”.La iniciativa liderada por la Universidad de Yale encontró que aunque en el país hay un ambiente moderadamente amigable con la lactancia materna éste ha disminuido en los últimos años, pues en una escala donde el cero representa un entorno levemente amigable y el 3 uno excepcionalmente amigable, México obtuvo un puntaje global de 2 en 2016 y cayó a 1.2 en 2020.
Resultados en México del Índice de País Amigo de la Lactancia Materna. Foto: BBF Para mejorar este panorama, el doctor Rafael Pérez Escamilla destacó que el índice, realizado en colaboración con la OMS, la Unicef, el Instituto Nacional de Salud Pública de México (INSP), la Universidad Iberoamericana y equipos de 12 países distintos del mundo, encontró que en México “hay una necesidad enorme” de apoyar la extensión de las licencias de maternidad remuneradas y establecer un mecanismo similar financiado con fondos públicos para las trabajadoras en el sector informal.
“Es casi imposible que las mujeres puedan amamantar exclusivamente por seis meses y seguir amamantando por lo menos por dos años si tienen que regresar a trabajar muy pronto después de haber dado a luz, o si son discriminadas y las van a correr simplemente porque tuvieron un bebé y como parte de la crianza quieren darle pecho. En México, como en otros muchos países parecidos o con menos ingresos, más de la mitad de las mujeres que trabajan lo hacen en el sector informal, no tienen nada de protección social, nada de beneficios de maternidad”, expuso.El director del índice de País Amigo de la Lactancia Materna mencionó que la licencia de maternidad pagada en México de 12 semanas no es suficiente, pues la Organización Internacional del Trabajo recomienda 18, pero por lo menos son necesarias 24 semanas; aunque reconoció que en los últimos mese se ha avanzado al discutir la ampliación de la licencia de paternidad, expuso que los esfuerzos aún no son suficientes.
“Se ha mostrado que es muy costo efectivo para los empleadores, para los gobiernos, porque la licencia de maternidad y la lactancia también trae beneficios para el desarrollo cognitivo psicoemocional y reducción en la mortalidad y morbilidad de los niños […]. No debe ser visto como un costo, sino como una inversión, porque es un retorno: Por cada dólar que inviertes en la lactancia materna los países recuperan 35 dólares”, enfatizó el doctor Pérez Escamilla.Otra de las recomendaciones realizadas por expertos y expertas internacionales contempla el diseño de un modelo de capacitación para personal de salud y centros comunitarios.
“Esta inversión en recursos humanos debe extenderse también a que haya un incremento exponencial en el número de consejeras certificadas de lactancia materna y de promotoras comunitarias y promotores comunitarios de la lactancia materna. México tiene un déficit enorme en el área de recursos humanos, y eso es la columna vertebral que se necesita para que todo esto pueda funcionar”, mencionó el doctor Rafael Pérez.Las últimas recomendaciones del índice global también plantean a las autoridades mexicanas monitorear la cobertura que hay con los servicios de apoyo a la lactancia materna en distintas zonas del país, así como hacer una revisión continúa de cuánta protección hay para evitar que las mujeres sean víctimas del marketing engañoso de las compañías de fórmulas infantiles con el que buscan aparentar que son mejores que la leche materna.
Desde 1974 la Asamblea Mundial de la Salud reconoció que las mujeres estaban dejando de amamantar a sus bebés por la influencia de prácticas poco éticas de la comercialización de sustitutos de leche materna. Por ello, en 1981 aprobó el Código Internacional de Comercialización de Sucedáneos de la Leche Materna, México lo suscribió y se comprometió a aplicarlo, pero aún se registran prácticas contrarias a lo que establece este instrumento.
Datos de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (Ensanut) muestran que 27.2 por ciento de niñas y niños de 24 meses no recibió lactancia amterna durante los primeros tres días de vida y, en cambio, fue alimentado con fórmula comercial infantil u otro líquido.
Sin embargo, la OMS y la Unicef recomiendan que la lecha materna sea el alimento exclusivo de los bebés hasta los seis meses porque les proporciona todos los nutrientes necesarios para crecer “y que su sistema inmunológico se desarrolle plenamente”.
Mientras que en México, la Secretaría de Salud señala que las y los bebés alimentados al seno materno tienen menor riesgo de mortalidad en el primer año de vida.
“Además, existe una menor frecuencia y gravedad de morbilidad por diarreas, infecciones respiratorias y dermatitis. Asimismo, los bebés amamantados tienen mayor coeficiente intelectual, menos riesgo de diabetes, obesidad, asma y leucemia”, señaló la dependencia el año pasado en el marco de la Semana Mundial de la Lactancia Materna que se celebra del 1 al 7 de agosto.
Recordó que los datos y sugerencias de estrategias a seguir serán presentadas a quienes encabezarán el Gobierno federal en los próximos meses con el objetivo de garantizar el trabajo coordinado entre dependencias y gobiernos estatales.
El profesor de la Universidad de Yale también celebró que las autoridades no partirán de cero, pues la Ley General de la Alimentación Adecuada y Sostenible que entró en vigor en abril obliga a los gobiernos de distintos niveles (federal, estatal, municipal) a desarrollar políticas integrales para garantizar una alimentación adecuada de la niñez y mujeres embarazadas y en el periodo de lactancia, además de dar prioridad a situaciones y zonas de alta y muy alta marginación.