La hecatombe china es lo que torpedea hoy a los mercados globales. El Shanghai Composite, que luego de la debacle de mediados de junio y principios de julio, cuando llegó a hundirse más de un 30% en apenas tres semanas, se había estabilizado como resultado de las radicales medidas adoptadas por las autoridades chinas, se volvió a despeñar este lunes. Lo hizo un 8.5%, su mayor derrumbe en ocho años, ante las dudas sobre la sostenibilidad del ritmo de expansión de la economía china y el nerviosismo que genera la posibilidad de una subida de tasas por parte de la Fed. Este semana habrá reunión de la máxima autoridad monetaria, pero no moverá las tasas de interés. Sin embargo se sigue sospechando que podría hacerlo por allá del mes de septiembre…
En consecuencia, Wall Street se sigue yendo para abajo. Y ya es la quinta jornada consecutiva de pérdidas, en las que el Dow Jones acumula retrocesos superiores al 3.0%. En el momento de escribir esta nota, el Dow Jones pierde un 0.7% a los 17,450 pts mientras que el Nasdaq baja un 0.8% a los 5,050 pts. El S&P 500 retrocede un 0.5% a los 2,070 pts.
En Europa, las pérdidas fueron intensas. El FTSE 100 perdió un 1.1%, el CAC 40 de París un 2.5%, el Dax de Fráncfort un 2.5%, el Ibex-35 de Madrid un 1.5% y la FTSE MIB un 2.7%. El euro, sin embargo, se aprecia un 1.1% a los 1.11 dólares por euro debido a las especulaciones de que, en estas condiciones, la Fed debería retrasar la posibilidad de una subida de tasas.
En Asia, además de la masacre del Shangai Composite, el Hang Seng de Hong Kong se hundió un 4.0% y el Nikkei de Tokio un 0.95%.