Hoy se anunció la decisión tomada por el Banco Central de Inglaterra (BoE por sus siglas en inglés), respecto a la decisión sobre si recortar o no la tasas de interés. La política monetaria busca dar respaldo a la economía mientras se ajusta al Brexit. El objetivo del BoE es mantener la estabilidad de precios, incluyendo los objetivos de crecimiento y empleo.
El anuncio fue una mezcla de recorte de tasas y expansión de su programa de compra de activos. El BoE se decantó por un recorte de 25 pbs la tasa de interés en su tasa de referencia para ubicarla en 0.25%, un nuevo mínimo histórico. Pero dicha decisión la reforzó con el aumento en el monto de compra de bonos de gobierno por 60 millones de libras por un período de seis meses, teniendo un total en stock de compras de activos por 435 billones de libras. Además, abrió un esquema de compra de bonos corporativos británicos por 10 millones de libras para los próximos 18 meses y estableció un programa potencial de crédito para bancos por 100,000 millones de libras. Los programas de compra de bonos de gobierno y corporativos se financiará mediante la emisión de reservas.
Las bolsas cerraron con ganancia después del anuncio del BoE: el IBEX 35 de Madrid ganó 1.48%,el Dax de Fráncfort un 0.57%, y el CAC-40 de París otro 0.57%. Fuera de la Eurozona, el FTSE 100 trepó un 1.59%. En el mercado británico, la libra respondió con una depreciación del 1.6% a 1.3111 dólares, muy cercano a sus niveles más bajos en 32 años. El día del referéndum se ubicaba en 1.50 dólares. La tasa de 10 años del bono del Reino Unido, el gilt, se hundió 16 pbs a 0.64%, lo que supone un nuevo mínimo histórico. A finales del año pasado, la tasa se ubicaba en torno a 2.0%, lo que revela el impacto que el Brexit ha tenido sobre la curva de rendimientos del Reino Unido.
La respuesta del BoE tiene un carácter preventivo, pese a que todavía no es evidente, dada la escasez de indicadores, que la economía británica vaya a entrar en recesión como resultado del Brexit. Sin embargo se esperaba que el BoE entrara en acción ya que el préstamo bancario había caído entre 1 y 2% después del referéndum. Además, y a falta de datos duros, las encuestas sobre el estado de la manufactura y los servicios, y los indicadores de confianza se han deprimido. El propio BoE ha recortado su pronóstico de crecimiento para el año que viene de 2.3% a 0.8%. Ante esta situación, se espera que el BoE siga anunciando nuevas medidas de estímulo monetario.
Sin embargo, el problema de la política monetaria del BoE es la misma desde que terminó el pánico de 2008. Inyectar dinero en la economía a través de tener tasas de interés ultra bajas y la constante reinversión de compra de bonos a través de QE ha llevado a que el capital sea mal asignado como crédito barato para actividades industriales de baja productividad. Esto podría generar una presión en los fondos de pensión y forzaría a las compañías a comprar más bonos libres de riesgo en vez de invertir en activos productivos, pudiendo conducir también allí a las tasas a territorio negativo.
Aun así, el BoE espera que con esta decisión se obtenga un impacto real en la economía y en la inflación al preverse que tenga un efecto de transmisión a las familias y a los negocios con una tasa más baja en los préstamos.