La jornada fue horrible en Wall Street. Quizás lo mejor del día fue que la tormenta no fue lo maligna que se temía. Pero entre los reportes corporativos (Microsoft, Texas Instruments, Caterpillar, DuPont, Procter & Gamble, Pfizer), los indicadores económicos, sobre todo el espantoso dato de los pedidos de bienes duraderos, y los acontecimientos de Grecia, que generan tensión en Europa por los riesgos de colisión con la Troika y la posibilidad de un “Grexit”, las bolsas terminaron bastante mal.
Al cierre de la sesión, el Dow Jones se hundió un 1.65% para acabar en los 17,387.21 pts mientras que el Nasdaq se derrumbó un 1.89% para terminar en los 4,681.50 pts. El S&P's 500 se despeñó un 1.34% y concluyó en los 2,029.55 pts.
Las cosas ya venían mal desde ayer. Microsoft ya defraudó ayer, al vender menos licencias de software de las que se esperaba, así como Texas Instruments. Pero el tema se puso realmente feo esta mañana, cuando la apreciación del dólar hizo estragos en las utilidades repatriadas de grandes multinacionales como DuPont, Procter & Gamble, Pfizer y Caterpillar, al recibir menos dólares de los esperados. Esta última, además, vio como la venta de maquinaria para proyectos petroleros se hundía ante la caída del precio del crudo.
En consecuencia, las acciones de esas empresas fueron severamente castigadas: Microsoft se dejaba un 9.2%, DuPont un 1.3%, Procter & Gamble Co un 3.5% y Pfizer un 0.6%. Sólo United Technologies, pese a que también resintió la caída de los ingresos en dólares por la apreciación del billete verde, salvó la cabeza al avanzar un 0.4%.
Por si fuera poco, las cifras de bienes duraderos de diciembre suscitan dudas sobre la salud de la recuperación, que se añaden a la debilidad de las ventas minoristas. Los pedidos de bienes duraderos se contrajeron un 3.4%, cuando el consenso estimaba un incremento de 0.3%. El dato es aún mujcho peor si tenemos en cuenta que la cifra de noviembre fue revisada de -0.7% a -2.1%. Excluyendo el volátil componente de transporte, los pedidos de bienes duraderos se redujeron un 0.8%, también contrariando al consenso que estimaba un alza de 0.6%. Como en el dato general, la cifra se ve aún mucho peor si tenemos en cuenta que el número de noviembre fue revisado a la baja de -0.4% a -1.3%.
El viernes se publica el dato avanzado del PIB de Estados Unidos para el cuarto trimestre del 2014, y veremos con qué fuerza acabó la economía el año pasado. El consenso prevé que la actividad se expandió a una tasa de 3.0% comparado con 5.0% en el tercer trimestre.
Por otro lado, los precios de las casas se siguen enfriando. En noviembre, medidos por el índice de S&P’s/Case Shiller, se incrementaron un 4.3% respecto al mismo período del año pasado, en línea con lo esperado. Sin embargo, esa tasa anual se viene reduciendo desde finales de 2013, cuando crecía a tasas de doble dígito (en noviembre de 2013 tocó una tasa de 13.3%). El crecimiento en los precios de 4.3% es el más bajo desde octubre de 2012.
Sin embargo, también hubo datos económicos buenos: las ventas de casas nuevas de diciembre se dispararon un 11.6% respecto al mes previo para ubicarse en un ritmo anualizado de 481,000, muy por encima de los 450,000 que esperaban los analistas. Ese ritmo de ventas de casas es el más elevado desde la crisis de 2008, aunque a años luz de los casi 1.4 millones de casas que se llegaban a vender en el 2005, en plena burbuja.
La confianza del consumidor, gracias al rally de las bolsas, la mejora del empleo y la caída del precio del crudo, sí mejoró de manera sustancial. La lectura de enero del Conference Board fue de 102.9, comparado con 93.1 en diciembre (revisado al alza de 92.6) y destrozando al consenso de 95.5. La cifra de 102.9 es la más alta desde el año 2007, antes de la crisis.
Sin embargo, poco pudieron hacer para cambiar el humor de un mercado que, entre la tormenta de nieve, los reportes corporativos, los bienes duraderos y las caídas de Europa, abrió con fuertes caídas. En efecto, en Europa, donde el nuevo primer ministro, Alexis Tsipras, anunció ya a un gobierno que será beligerante no sólo en el tema económico sino también en el político (hicieron declaraciones en contra de las nuevas sanciones a Rusia), el Dax de Francfort perdió un 1.6%, el Cac-40 de París un 1.1%, el Ibex-35 de Madrid un 0.9% y la bolsa de Milán un 0.5%. El Ftse 100 de Londres bajó un 0.6%. El euro, sin embargo, rebotó y ganó un 1.3% para negociarse en 1.138 dólares.
En medio de la debacle de los mercados, también le fue bien al oro (+1.1%) y al petróleo. El barril de WTI subió un 1.0% a 45.58 dólares. El cobre, por otro lado, se dejaba más de un 3.0%. La tasa del bono de 10 años de Estados Unidos cerraba con pocos cambios en 1.83%.
Al cierre, Yahoo! reportó unas utilidades ajustadas de 30 centavos por acción contra 29 del consenso. Además, dijo que realizaría una separación libre de impuestos de su restante participación en Alibaba, por lo que la acción trepa un 6.0% en el “after hours”. AT&T, por otro lado, reportó 55 centavos por acción, superando al consenso también por un centavo. La acción avanza un 1.8% al acabar la sesión.
Y también le va muy bien a Apple: la empresa reportó unos ingresos que barrieron al consenso: 74,600 millones de dólares (mdd) comparado con 67,520 mdd. Eso implicó unas utilidades por acción de 3.06 dólares frente a los 2.60 dólares del consenso. Eso hace que en el “after hours” su acción se dispare un 5.8%. A Apple, lo del dólar, le hizo cosquillas.
Eso sí: mañana hay decisión de política monetaria de la Fed. Lo más probable es que Yellen y compañía sigan dando largas a la posibilidad de una subida de tasas. El argumento de que la inflación permanece demasiado baja sigue siendo válido. Así que posiblemente haga un nuevo llamamiento a la “paciencia”.