El Ibex 35 pudo romper la mala racha de 3 retrocesos seguidos, pero aun así cerró la semana con un balance de -1,1% siendo la única de Europa junto, con el Cac francés, que pierden, y en el año se deja un -23%. Desde el suelo formado el pasado mes de marzo ha subido un +20%, lejos de la gran reacción del Eurostoxx, el cual en julio sube un +2% y en el año sigue en terreno negativo pero solo con -12%.
En Wall Street, el Nasdaq sigue imparable con recientes máximos y cerró el balance semanal con subidas de +4,8% y en el año +23,7%. El Dow Jones salvó la semana con +0,96%, pero pierde en el año -8,8%. Por su parte, el S&P 500 también pierde en el cómputo del año, un -1,7%.
El sentimiento semanal de los inversores (AAII) queda de la siguiente manera:
* Alcistas: 27,2% (+5% respecto la pasada semana)
* Neutros: 30,2% (-1,8% respecto la pasada semana)
* Bajistas: 42,7% (-3,2% respecto la pasada semana)
El sector tecnológico sigue siendo el preferido por los inversores, ya que con el tema del coronavirus permiten hacer prácticamente lo que queramos sin salir de casa: ocio (ver películas o series, jugar), ejercicio (gimnasios online), trabajo (video conferencias), consumo (comprar comida o cualquier producto), formación (cursos).
Los inversores son conscientes de que seguramente tengamos una segunda oleada del COVID-19 y saben que las compañías tecnológicas seguirán teniendo un protagonismo especial. La tecnología, tradicionalmente considerada un sector cíclico, también se está moviendo como un activo defensivo. La beta de las acciones de tecnología ha caído a niveles del año 2014. Por su parte, el sector inmobiliario y las empresas de servicios públicos, tradicionalmente consideradas como sectores defensivos, han visto sus betas subir por encima de 1 en la reciente crisis, lo que significa que se mueven con más volatilidad que el S&P 500.
¿Debe de preocupar que el S&P500 haya cerrado con pérdidas los primeros seis meses del año? No especialmente. Históricamente hablando, si el S&P500 en el primer semestre está en positivo, el siguiente semestre subió de media un +5,8%. Por su parte, si el primer semestre fue negativo, el siguiente semestre también subió, aunque de media menos, un +1,20%.
Un hecho a considerar es que la historia nos muestra que tras un mercado bajista (los cánones tradicionales y la ortodoxia dictaminan que se sale de un mercado bajista cuando tras las caídas se sube al menos un +20%), tiende a venir una fuerte subida. Cojamos el caso más cercano, tras la crisis de 2007-2008, el Dow Jones subió +63,4% un año después, +100,5% tres años después, +153,4% cinco años después y +357% desde esa fecha hasta este año.
La diferencia entre los mercados bajistas que nos precedieron y el que terminó en marzo es que suelen ir precedidos de una economía en desaceleración. El caso que nos atañe no fue así porque veníamos de todo lo contrario, una economía boyante y fuerte.
El oro es tradicionalmente considerado un activo de refugio, pero eso no ha impedido que suba a un máximo de casi nueve años incluso cuando las acciones y otros activos tradicionalmente considerados de riesgo siguen siendo boyantes y también suben. El oro acumula ya una subida en el año de +18%. La política del banco central es un fuerte impulsor del aumento de los precios del oro. No sólo los tipos oficiales están cerca de cero en un gran número de países, sino que es improbable que suban. La mayoría de los bancos centrales han anunciado una flexibilización cuantitativa, con la Reserva Federal embarcándose en un QE ilimitado y el Banco de Japón y el Banco Central Europeo también implementando grandes programas.
En junio, los ETF respaldados por oro registraron su séptimo mes consecutivo de flujos positivos globales. Durante la primera mitad del año, las entradas de dinero alcanzaron los 39.500 millones de dólares, superando el anterior récord de entradas anuales del año 2016.
Todo apunta a que el siguiente objetivo serán los máximos de 1.911 dólares marcados en 2011.
Si bien en la vida en general hay que huir de los clichés o estereotipos, en el ámbito de las economías y sobre todo de los mercados financieros más aun si cabe:
- Las acciones no pueden subir durante una recesión económica.
- El precio de un mercado no puede bajar de cero.
- La deuda nacional no puede subir más
- Invertir en valor es fácil y sencillo.
El mercado es soberano, no atiende a razones ni peticiones, hará lo que quiera, guste o no, es el fiel reflejo de la psicología humana como masa o colectividad, un barómetro de los diversos sentimientos como avaricia, codicia, miedo, temor. Y es precisamente todo esto lo que hace que sea tan interesante. Así pues, no intente siempre imponer su raciocinio frente al mercado, si éste le muestra que usted está equivocado, acéptelo y reaccione en consecuencia.
Y esto me lleva a la volatilidad, porque seguirá presente en los mercados. Los inversores se enfrentan a meses turbulentos mientras se calientan las elecciones presidenciales de EE.UU. (noviembre) y seguramente lo van a aprovechar operando con las opciones. La compañía Bausch Healthcon es una de las favoritas que se espera que más se mueva.
Pero también se puede operar directamente con la volatilidad, con sus principales índices. Veamos el más conocido y acto seguido les comento cómo operar con uno de Europa.
El más conocido es el CBOE Volatility Index. Se basa en la volatilidad de las opciones de corto plazo del S&P 500. Fue desarrollado en el año 1993 por el mercado de opciones de Chicago, Chicago Board Options Exchange (CBOE). Este indicador nos indica la volatilidad implícita de las opciones sobre el índice para un periodo de 30 días.
La idea se basa en que si el mercado es bajista, los inversores querrán protegerse de las caídas y cubrirán sus carteras comprando más puts, y por el contrario, si el mercado es alcista, los inversores no compraran puts, ya que no tendrán que protegerse o cubrirse.
Así pues, una subida del VIX implica descensos en las bolsas, y viceversa. Una elevada volatilidad está relacionada con un elevado riesgo, y lo contrario con una baja volatilidad. Traducido en números, un Vix por encima de 20 indica temor de los inversores, un VIX por debajo de 20 implica que aún no ha llegado el miedo a los mercados.
La media desde el año 1990 al 2008 fue de 19.04, es decir, antes de la actual crisis económica. El anterior récord se marcó el 20 de octubre de 2008 subiendo a 89,53.
Pero éste no es el único indicador de volatilidad que existe, tenemos el del Dax (Vdax), Eurostoxx (Vstoxx), Nasdaq (Vxn), Dow Jones (Vxd), Russell (Rvx). También el mercado suizo SMI tiene el suyo (Vsmi).
En Europa, Stoxx lanzó el índice que mide la volatilidad del Eurostoxx 50, el Dow Jones Stoxx 50 Volatility Index (Vstoxx). Este indicador calibra las expectativas de volatilidad que tiene el mercado basándose en derivados como las opciones sobre el Eurostoxx 50. Se calcula cada cinco segundos a partir de los precios que hay en tiempo real en las demandas y ofertas del primer y segundo vencimiento de las opciones sobre el Eurostoxx 50.
Se puede operar con el futuro Vstoxx (Mini):
– El multiplicador son 100 euros. Esto significa que cada punto de este futuro son 100 euros.
– El nominal del contrato lo podemos obtener simplemente multiplicando el multiplicador por el precio del futuro.
– Este mercado cotiza en puntos con decimales y la fluctuación o movimiento mínimo (tick) son 0,05 puntos que serían 5 euros.
– Tiene ocho vencimientos correspondientes a los ocho meses naturales más próximos.
– Respecto al último día de negociación y vencimiento, decir que 30 días naturales antes de la fecha de vencimiento de las opciones subyacentes, lo que significa 30 días naturales antes del tercer viernes del mes de vencimiento de las opciones subyacentes. El día del vencimiento la negociación termina a las 12:00 horas (CET).
– El horario de negociación es el siguiente: de 8:50 a 9:00 (CET), el contrato está en fase de pre-apertura, aunque no suele finalizar antes de las 09:04 (CET). A las 22:00 (CET) comienza la subasta de cierre que no suele durar más de 5 minutos.